sábado, julio 31, 2004

Nota sobre "No Signal", disco de All The Hats

El mundo del punk es enorme. Desde el punk-style que portan teenagers que se autodenominan anticaretas hasta tipos que terminan extinguiéndose por sus excesos (de Sid Vicious a Ricky Espinosa). En la música punk también: desde Green Day a 2 Minutos hay mucho por recorrer. A veces se valora la "actitud" punk y bajo esa premisa se soporta la guitarra más desafinada y la banda más desprolija del mundo.
Todas las historias del punk hacen hincapié en la reacción de los pioneros (Ramones, The Clash, The Buzzcocks, Sex Pistols, Television) ante la excesiva estetización del rock sinfónico. Se habla de un regreso a lo básico, una suerte de formateo del disco rígido del rock. Nunca se habla de la idea de tocar mal sino de volver a lo simple, lo esencial. Por eso se hace difícil entender por qué en Rosario cuesta tanto escuchar una banda punk que -habiendo tantas- suene bien.
Por eso el disco de All The Hats es algo bueno para el género en Rosario. Establece un nuevo piso y un nuevo techo. Por fin una banda punk que se preocupa por la música. No sé ni me importa si son caretas (que palabra punkita barata), si cantan en inglés (aunque yo prefiera el castellano en una banda de acá), si se visten como punks. ¿No se trata de música esto? Sé que lo otro importa, pero, antes que nada ¿no estamos hablando de música? O, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de música? Cada uno tendrá su respuesta. All the Hats responde con "No Signal", su disco nuevo. All The Hats responde con música.
Con influencias de varios íconos punk como Rancid, Bad Religion o Pennywise la gente de All The Hats saca un disco de producción impecable que está al nivel de sus ídolos y que muestra una banda que está pasando un momento musical importante. All the Hats maneja los climas como en la canción que da nombre al disco ("No Signal"), muestra músicos de estatura (el bajo en "Ready"o "Bad Boys", la batería en "F**k ya" sirven de muestra) y se anima a los límites del punk (el solo de guitarra en "Falls on you" o el ska de "Bad Boys"). La voz de Lucas con garra y sin desafinar da el color propio de la banda.
Desde el arte de tapa, la mezcla y masterización a cargo de Carlos Altolaguirre, las canciones de All The Hats, el nivel de sus integrantes, el juego por dentro y por los límites del géneros, todo indica que mientras el punk también signifique preocupación por la música podremos disfrutar del punk rock por mucho tiempo.

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Nota sobre la actuación de El Otro Yo en El Sótano el viernes 30 de julio.

En varias canciones del último disco de El Otro Yo (E.O.Y.) se escuchan frases del estilo "siempre intentando hacerte feliz" o "sólo quiero hacerte bien". Y esa es la intención que la banda de los hermanos Aldana deja traslucir en vivo. Pogo, avalancha, salto, adolescentes mostrando con timidez sus corpiños, todo en un marco de buena onda que Cristian Aldana y los suyos estimularon a lo largo de un show potente y repleto de canciones coreadas por todos. Hasta la gente de seguridad encargada de que nadie suba al escenario se preocupaba por ver que los pibes que ellos mismos atajaban estén bien.
El Otro Yo es una banda que huele a espíritu adolescente y esto no es -para nada- algo peyorativo. Sus canciones dicen cosas que los adolescentes corean convencidos. Y E.O.Y. sabe que ese es básicamente su público, que oscila entre la apatía "no me importa, no me interesa, no sé por qué", la furia "estoy cansado de este mundo de mierda, la familia es una cagada", la necesidad "dame un abrazo, necesito un abrazo", la puerilidad "no quiero más tetonas, quiero culonas", la desorientación "no sé vivir, enseñame" y el optimismo "todos ustedes que quieren cambiar el mundo, no se detengan, te voy a ayudar hasta el final". Muchos medios han criticado este perfil (¿teenager?¿naïf?) de E.O.Y. pero viéndolos en vivo es imposible equivocarse. Lejos de un rock "piquetero" y oportunista, suenan auténticos, inmaduros, palpables.
El último disco de estudio (Colmena, 2002) es el disco más pop del grupo, cambio iniciado desde el anterior (Abrecaminos, 1999) con la inclusión de teclados y la producción del tándem Diego Vainer - Ezequiel Araujo. En vivo es otra cosa: casi no hay teclados y Ezequiel Araujo funciona como guitarrista dando a E.O.Y. un sonido más punk (o punk pop si se quiere) sumado al toque agresivo de Raimundo Fajardo en la batería.
La noche abrió con "Calles" y de ahí en adelante la mayoría fueron hits (¿cuántos hits ha creado E.O.Y.?). "10000000", "Inmaduro", "Alegría", "Me harté", "No me importa morir", "La música", "La ola" y la lista podría seguir. También hubo de "los viejos" para los fans que siempre siguen al grupo: "La tetona", "69", "Dibujito" (en una cálida e íntima versión de María Fernanda Aldana sola con su bajo), "Hombre de mierda", "Funk you", "Analía", "E.O.Y." muchos rescatados por la edición del disco en vivo "Contagiándose la energía del otro".
Con calidez Cristian Aldana recibió regalos de sus fans (una gorra, un libro, una mochila) y con calidez bromeó toda la noche: ¿Es El Otro Yo la banda más sexual de Argentina? a lo que su hermana retrucó "¿no estás un poquito caliente vos?". "Y ... sí" fue la sincera respuesta. Candidez, sinceridad, canciones potentes, amor y furia. Los condimentos necesarios para un buen show.

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martes, julio 20, 2004

Nota sobre la actuación de Gurú, Joysick y Ad Libitum en la Sala Lavardén el 15 de julio  
 
   El jueves 15 de julio se presentó Gurú en la Sala Lavardén con la participación de dos bandas: Joysick (Córdoba) y Ad Libitum (Pérez). El teatro, como pocas veces, estaba lleno y con un público bastante heterogéneo.   La noche se abrió con Joysick, con buena puesta en escena y mucho power en sus guitarras y bajo de 5 cuerdas. Arriba del escenario mucha energía, mientras que abajo la gente escuchaba con calma. "Digan que es un teatro, que si no ..." dijo en un momento el cantante. Y sí, una sala de teatro no parece ser el lugar ideal para este tipo de recital aunque sí lo era para un público que parecía encontrarse muy a gusto en sus butacas.    Luego siguió Ad Libitum, un quinteto que mostró un repertorio con amplia mayoría de covers. Lo mejor fue una versión de "Army of me" de Björk al que siguieron covers de System of the Down, Alanis Morisette, Evanescense y algunas pocas composiciones propias. Con buen sonido pero con un espectáculo que desentonó un poco con la propuesta de las otras dos bandas.    Terminada la actuación de Joysick y Ad Libitum todo estaba listo para la salida de Gurú y el público estaba de su lado. Con una escenografía interesante y jugada que demuestra que no hace falta demasiado dinero si hay al menos una buena idea detrás. La iluminación muy de punta dió todo de sí para que como espectadores nos sintamos ante una banda profesional.   Detengámonos un segundo. Gurú es una banda que está haciendo bien las cosas. Músicos de buen nivel, canciones que cumplen con los requisitos del género, cantante que conecta fácilmente con el público, escenografía con gusto, buena convocatoria, invitados que aportaron lo suyo (guitarrista y cantante de Fluido y el cantante de Purple Haze).    ¿Qué más se le puede pedir? A riesgo de parecer demasiado puntilloso planteo la cuestión de qué aportan al género nü metal como grupo. ¿Qué es lo nuevo que ofrece Gurú?    El nü metal es un género que a esta altura está muy sobrecodificado. Códigos que van desde un tipo de vestimenta, manera de moverse en el escenario, cortes de pelo, arreglos musicales, instrumentación. Gurú -y Joysick también- los repite todos sin evitar ninguno. Cada canción suya remite, al menos globalmente, a Linkin' Park, al primer Incubus -el del disco "S.C.I.E.N.C.E."- y a muchas otras bandas que incursionaron en ese género. Quizás ese no sea un defecto y al igual que pasa en el mundo del heavy metal clásico (con sus invocaciones de guerreros, lucha, mística, tachas, cuero y etc) sea una condición necesaria. La idea de jugar con los límites del género no está en la idea de estas bandas que trasplantan características de otras casi sin mediaciones. Quizás -lo repito porque no va a faltar el fan ofendido- no sea un defecto sino sólo un rasgo que define el estilo.   Gurú es una banda que está "jugando en primera" por la calidad musical, por lo que dan en cada show, por lo que convocan y porque están haciendo las cosas bien. Si el género no está agotado y aún puede dar un nuevo grupo con éxito, Gurú tranquilamente puede ser ese grupo.

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lunes, julio 05, 2004

Nota sobre la actuación de Los Cuerpos, Quartett Concept y Fruta Deliciosa en A.D.N. Bar el jueves 1º de julio

El jueves 1 de julio se presentaron 3 bandas en ADN Bar: Los Cuerpos, Quartett Concept y Fruta Deliciosa. La noche empezó un poco más tarde de lo esperado por la final de la Libertadores pero el fútbol, en definitiva, no le restó convocatoria.
Los Cuerpos largaron con su sonido cercano al grunge de los '90s, sobre todo al de Pearl Jam. Dos guitarras al frente, bajo y batería con buen groove y una voz que se anima (faltó apoyo del sonido para que tuviera el protagonismo que merece). Sus canciones ("Hombre gris", "Siempre" o la nueva "Extratonauta") muestran una banda con buenas ideas que remiten a una música sin plagiarla, bien arreglados con un guitarrista (gorro a la Frusciante) que estuvo impecable, y un sonido muy ajustado. ¿Cuántas bandas pueden hacer sonar bien "Love rears its ugly head" de Living Colour como lo hizo Los Cuerpos el jueves?
Interesante la propuesta de Los Cuerpos, que no hace tanto que están tocando y ya telonearon a Las Pelotas en su última actuación en Rosario y que en el escenario suenan en serio.
La segunda parte de la noche fue para Quartett Concept. Banda que lidera Juanjo Caporali (bajista de Chichines) que sorprendió en su nuevo rol de cantante (y "danzarín") que deja el bajo a Lisandro Falcone (ex-Mortadela Rancia). Lo de Quartett Concept es el rock. Sí, pero con arreglos que suenan tan estrafalarios como divertidos. (¿Frank Zappa?). Por ejemplo ese "que que que quenavararara ... " de Rucucu (Alberto Olmedo) en medio de una canción. ¿Música para músicos? No, música a secas me atrevo a afirmar. Músicos que se divierten arriba del escenario y gente que se divierte también abajo: de eso se trata. Juanjo Caporali mostró que es buen showman y buen cantante y un grupo de músicos que está para tocar en cualquier lugar.
Mientras se preparaba el tercer grupo la gente de ADN regaló pizza a toda la concurrencia que festejó el gesto con apetito. Eran las 2:30 y ¿quién no tiene hambre a esa hora?
Fruta Deliciosa cerró con su propuesta de reggae y ska que un importante público femenino no dejó de bailar y cantar durante todo el show. Cercanos a la primera época de Los Fabulosos Cadillacs o Los Pericos, aunque sin vientos, Fruta Deliciosa sabe hacer bailar y sabe hacer buenas canciones con estribillos pegadizos, apoyados en la solidez de lo percusivo (batería, percusión y bajo) y la sencillez del teclado y las guitarras. El disco que van a sacar en pocos meses debería tener éxito (ojalá cuente con una buena publicidad que respalde su propuesta). Con una gira por el sur y actuaciones junto a Los Cafres bajo el brazo, más un disco que aparecerá pronto, dejan la sensación de que Fruta Deliciosa tiene por delante sus mejores momentos y que cada vez serán más los que bailen ahí adelante cada vez que actúen.

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